domingo, 21 de junio de 2009

Publicidad de principios del siglo XX: el Studebaker de 6 cilindros.





Esta fachada de una pared es una de las curiosidades de la Calle Tetuán. Auque está un poco deteriorado, en él se anuncia el nuevo automóvil de la marca Studebaker, un automóvil de 6 cilindros.
Fue dibujado por un artista que ya dibujó algunos azulejos de la Plaza de España, Enrique Orcel. Fue realizado en la fábrica de cerámica de "Viuda e hijos de M. Ramos Rejano" situada en la Calle San Jacinto número 101. Enrique Orcel trabajó para esta fábrica desde 1917 a 1927.

*Este grandioso panel de azulejos podemos admirarlo en la calle Tetuán de Sevilla, a la altura del número 9. Sus medidas son 2.80 x 4.60 metros, en azulejos de 20 x 20. Está firmado por el prestigioso pintor ceramista Enrique Orce Mármol (1885-1952) en 1924 en la Fábrica de la Viuda e Hijos de Manuel Ramos Rejano, y realizado con la técnica del aguarrás.

Se colocó en la fachada del antiguo Bar El Sport, a instancias de D. Vicente Aceña, representante de la firma de automóviles americanos en Sevilla. No es de extrañar que fuera Ramos Rejano la firma encargada de ejecutar el mural, pues justo enfrente de su proyectada ubicación se encontraba el Bazar Sevillano, en calle Tetuán 8, regentado por los descendientes de Manuel Ramos Rejano, junto al desaparecido Teatro San Fernando.

El Bar El Sport era un establecimiento que aunque funcionaba como bar, era más bien un club al estilo inglés, de admisión restringida, cuyo propietario, José Guillén, enfocó el negocio como un local de tertulia donde se daban cita algunos personajes de la vida social y económica sevillana de la época. Cerró sus puertas a principios de la década de 1970. En la actualidad el local está ocupado por una joyería.

Describiendo brevemente este panel cerámico, vemos cinco féminas a bordo del automóvil, ataviadas a la moda de la década de 1920, con pamelas y estolas de visón, disfrutan de las ventajas de este coche de seis cilindros. El automóvil atraviesa un parque y, al pasar junto a la estatua de El pensador de Rodin, los excursionistas se paran un instante. Una de las mujeres señala con la mano hacia la escultura e inicia una explicación sobre sus características, las restantes señoritas miran la escultura con atención. En esta época el automóvil es un signo de distinción social, distinción que va unida al ocio y la cultura. El hombre occidental se siente atraído por las máquinas, como símbolo del progreso y del poder humanos.

El hecho de estar el panel a nivel de los peatones hizo que la conservación de estos azulejos siempre estuviera amenazada, máxime cuando la anchura de la acera en los años que la calle tuvo tráfico hacía prácticamente imposible pasar junto a él sin rozarlo. Llegó un momento en que el desprendimiento de algunas piezas y el deterioro de otras hicieron peligrar su continuidad. Fue desmontado en el mes de agosto de 1978 y trasladado al taller de su hijo Alfonso Orce González y nieto Alfonso Orce Villar, en la calle Covadonga número 9, en la Casa de los Artesanos de Triana, donde lo restauraron de forma gratuita en el ultimo trimestre de ese año, salvo los gastos de materiales, sesenta mil pesetas, según contrato firmado con D. José María Peñalver.

Este panel de azulejos publicitarios siempre fue centro de atención de los viandantes, e incluso de algún que otro comentario chistoso. La calle Tetuán tuvo circulación rodada de vehículos hasta 1992, en dirección de la Plaza Nueva a la Campana, de forma que una de las preguntas que solían hacerse al chiquillo o visitante novato al llegar a la altura del azulejo, era que se le buscase el defecto que tenía. Tras unos momentos de reflexión intentando descubrir el fallo, el interlocutor espetaba: ¡Que va en dirección contraria!

*Texto extraído de la página http://www.retabloceramico.net escrito por Martín Carlos Palomo García.


Esta es la imagen del mural cerámico publicitario después de la restauración.




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