miércoles, 11 de julio de 2012

Toreros del siglo XIX (1).

¿En cuántas ocasiones hemos pasado por delante de la Real Maestranza y nos hemos fijado en su hermosa Puerta del Príncipe con sus dos torreones barrocos que la flanquean?
Muchas, seguro, pero ¿en cuántas de ellas hemos reparado en la verja que separa el edificio de la plaza de toros del Paseo de Colón? Estoy seguro que en muy pocas.
Hoy vamos a detenernos en ella, porque parte de la historia del toreo en la Maestranza está escrito en los varales de hierro. Nos referimos a los seis varales que sostienen las tres puertas exteriores del recinto y a uno más acodado al final de la verja en la esquina con la calle Ancora.
Estos varales están actualmente muy deteriorados, por dos razones, por el paso del tiempo que oxida el material férreo, y por la pintura que se le ha aplicado durante tantos años cuyas múltiples capas no permiten distinguir apenas los detalles allí esculpidos.
Podemos ver los rasgos faciales de ocho toreros y sus nombres, aunque por la acumulación de materiales algunos de son difusos y he tenido que hacer algún acopio de información para imaginarme algunos de ellos.
Espero haber acertado. Aunque no soy un experto taurino, he intentado documentarme al máximo sobre la imagen de cada uno de ellos. Esto no es óbice para que alguna errata se me haya colado. Si así es, espero me disculpen y ayuden a corregirla.
Son ocho artistas cuyos éxitos taurinos coincidieron con el final del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX. La imagen va acompañada de información de la Wikipedia y algún portal de temática taurina.
Veámoslos uno a uno según están dispuestos de derecha a izquierda.



1.- Rafael Molina “Lagartijo”. (1841-1900). 

Rafael Molina Sánchez, llamado Lagartijo, fue un torero español nacido en Córdoba, el 27 de noviembre de 1841 y fallecido en la misma ciudad el 1 de agosto de 1900.
Hijo del banderillero Manuel Molina "Niño de Dios", desde pequeño conoció el mundo de los toros, habiendo crónicas que indican que ya a la edad de 9 años, el 8 de septiembre de 1851, lidiaba dos becerros en su ciudad natal. Comenzó como banderillero, donde le pusieron el mote de lagartijo, por su estatura y su carácter vivaz.
Tomó la alternativa el 29 de septiembre de 1865 en Úbeda y confirmando poco después el 15 de octubre de 1865 en Madrid.
En 1868 tiene los primeros duelos con Frascuelo, enfrentándose en valentía, que les llevaba desde tumbarse delante de un toro, hasta ser reprimidos por la presidencia por su temeraria actitud.
A partir del año 1875, su toreo se vuelve más artístico, llegando a la cima del toreo, por sus conocimientos de la lidia y su perfección en la suerte final
En este periodo se le adjudican feroces batallas con gran talento artístico, como la vez en que se enfrentó a un Miura enorme llamado Murciélago, una batalla feroz que terminó en vítores para ambos, y el toro siendo entregado como semental a la dinastía.
Tras la retirada de Frascuelo en 1890, mantuvo gran rivalidad con otro cordobés: Rafael Guerra Guerrita.



2.- Joaquín Rodríguez “Costillares”. (1743-1800).

Comienza Costillares su carrera en la cuadrilla de Pedro Palomo, para tomar la alternativa a los 20 años comenzando su carrera en solitario. Desde entonces logra reconocimiento en Sevilla, siendo de los primeros en actuar triunfalmente en la Real Maestranza de esta ciudad. 
Solo después haber logrado un total reconocimiento como matador en Sevilla decide Costillares debutar en Madrid en 1767. Desde 1775 comienza su rivalidad con Pedro Romero torero favorito del pueblo, convirtiéndose Costillares en el favorito de la aristocracia.
El 27 de julio de 1782 recibe una grave cornada en Madrid. A partir 1790 sus apariciones se hacen cada vez más esporádicas hasta su muerte, ya retirado en 1800. Sus esfuerzos por reglamentar la faena lo convierten en el creador de la corrida de toros moderna.
Es el único torero de los ocho que vamos a mostrar cuya vida transcurrió plenamente en el siglo XVIII.



3.- Francisco Montes “Paquiro”. (1805-1851).

Torero nacido en la calle del Santo Cristo de Chiclana de la Frontera, el 13 de enero de 1805, y fallecido el 4 de abril de 1851. Era hijo del Administrador del Marqués de Montecorto. Recibió una buena educación y era un hombre ilustrado.
Discípulo de Pedro Romero en la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, fue gran innovador de la lidia, especialmente en la suerte de capote. Desde 1840 tuvo una rivalidad histórica con Cúchares con quién compartió los mayores reconocimientos de la época. Se le consideraba un excelente lidiador, pero nunca fue un portento con la espada, por el contrario era de fama su estocada atravesada.
Durante años fue el torero mejor pagado y el que más corridas tenía cada año. En Madrid la afición le quería mucho. Fue primera figura. Fue un fenómeno indiscutible. Torero completísimo y le llamaron "Napoleón de los toreros". Tenía una fuerza hercúlea y mucha agilidad.
Llegó a torear 24 toros en dos días en Zaragoza entre el 13 y 14 de octubre de 1832.
Falleció el 4 de abril de 1851 a causa de una cornada en la pierna propinada por "Rumbón" el 21 de julio de 1850 en Madrid, la cual lo alejó definitivamente de los ruedos y le ocasionó una larga y dolorosa convalecencia de la que no habría de recuperarse. Protegió al también célebre torero José Redondo "El Chiclanero".
Escribió en 1836 el libro Tauromaquia completa, donde fijó su concepción del toreo y modificó el traje de luces. Impuso el uso de la gorra de torear, que en honor a su apellido se comenzó a llamar montera.



4.- Pedro Romero. (1754-1839).

Descendiente de una dinastía taurina muy conocida, su padre Juan Romero y sus hermanos menores, José y Antonio fueron también matadores de toros. Además, se atribuye a su abuelo, Francisco Romero, el mérito de ser el primero que empleó la muleta y el estoque para dar muerte a un toro.
Se le considera el primer matador de toros de su época, a diferencia de sus rivales y contemporáneos, Joaquín Rodríguez "Costillares" y Pepe-Hillo, a quienes se consideraba como los primeros toreros.
Romero dirigía la lidia en intención de la muerte del toro, suerte para la que tenía especial talento siendo llamado por sus contemporáneos El Infalible, lo que lo diferenciaba de Pepe-Hillo quien consideraba que la faena debía ser consistente desde el comienzo al fin de la misma. Se presenta en 1775 por primera vez en Madrid e inicia una rivalidad con Costillares, que en 1777 lo aleja de participar en festejos en esta ciudad como resultado de una polémica con éste.
En 1778 alterna por primera vez con Pepe-Hillo, naciendo una rivalidad histórica que se entabló en la Real Maestranza de Sevilla y otras plazas y de la que se le tiene como postrer vencedor.
Desde 1778 a 1799 se mantiene como matador exitoso en los festejos anuales que se presentarán en las plazas de primera categoría.
Sus últimos años los dedicó a la escuela de tauromaquia de la que fuese director y maestro por orden del rey. Fueron discípulos suyos Francisco Arjona Herrera "Cúchares" y Francisco Montes "Paquiro", quienes serían los grandes rivales de su generación.


En el post de mañana podremos ver los cuatro toreros restantes.

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